|
¿Has oído hablar de los
celeríferos? ¿Y de los velocípedos? No te preocupes, pronto vas a saber qué
son. En cualquier caso, te adelantamos que tienen algo que ver con un deporte
muy popular: el ciclismo.
¿QUÉ ES
EL CICLISMO?
El ciclismo es un deporte
que se puede practicar de diversas formas: en carretera con otros ciclistas, en
carretera contrarreloj, en una pista, en la montaña... Pero todas ellas tienen
algo en común: la utilización de una bicicleta. Además de un deporte,
podemos decir que es un medio de transporte: en muchos lugares del
mundo, las personas se desplazan en bicicleta al colegio, al lugar de
trabajo... Cuando te subes en una bicicleta, aunque sea para dar un paseo, te
conviertes en un ciclista.
UNAS
BICICLETAS MUY ANTIGUAS
Los testimonios más antiguos
sobre aparatos similares a las bicicletas se remontan hasta las antiguas
civilizaciones de Egipto, China e India. Pero el auténtico antecesor de la
bicicleta fue el llamado celerífero: estaba formado por dos ruedas de
madera unidas por una barra, también de madera y de un metro de longitud, y se
desplazaba gracias al impulso de los pies sobre el suelo. Lo inventó un
francés, De Sivrac, en 1790.
Casi treinta años más
tarde, en 1818, el alemán Karl von Drais unió la rueda delantera a un manillar
de dirección móvil. Poco después se incorporaron los pedales, que Pierre
Michaux fijó a la rueda delantera en 1861: había nacido el velocípedo,
al que cuatro años más tarde se le añadió la cadena. En 1889, John Boyd Dunlop
inventaba la cámara: un aro tubular de caucho relleno de aire, que aísla la
rueda del suelo. A ese aparato se le puede llamar ya bicicleta.
PRINCIPALES
PRUEBAS
El ciclismo forma parte
de los Juegos Olímpicos desde su primera edición, en 1896.
Las pruebas de ciclismo
pueden disputarse en pista o en carretera. Las pruebas de pista se celebran en velódromos,
que pueden estar al aire libre o cubiertos. Existen muchas modalidades de
pruebas disputadas en pista. El primer Campeonato del Mundo de Ciclismo en
pista se disputó en 1883.
Las pruebas más famosas
y populares son las que tienen lugar en carretera. La primera competición de la
que se tiene noticia se celebró en París, en 1868, y la ganó el inglés James
Moore. La primera prueba en carretera propiamente dicha fue el recorrido de 33
kilómetros que separa a las ciudades italianas de Florencia y Pistoia, ganada
por el estadounidense Rynner van Neste, en 1870. Le siguieron la Vuelta al Lago
Léman, en Suiza, en 1879, y la París-Roubaix, organizada por primera vez en
1896.
Las grandes carreras en
ruta por etapas nacieron en el siglo XX: el Tour de Francia (1903), el Giro
de Italia (1909) y la Vuelta Ciclista a España (1935). La principal
prueba en ruta por etapas sudamericana, la Vuelta Ciclista a Colombia,
comenzó a disputarse en 1951.
Las ‘tres vueltas grandes’
citadas (Tour, Giro y Vuelta) duran tres semanas, pero hay otras carreras en
ruta que constan de siete jornadas o menos: la Vuelta a Suiza, la París-Niza,
la Volta a Catalunya, la Vuelta a Andalucía, la Vuelta al País
Vasco, la Vuelta a Asturias y la Vuelta a Aragón, entre otras
muchas.
Las carreras en ruta de
un solo día de duración se llaman clásicas. Algunas muy famosas son la
ya citada París-Roubaix, la Milán-San Remo (1907), la Vuelta a
Flandes (1913), el Giro de Lombardía (1905) o la Lieja-Bastogne-Lieja
(1890).
El Campeonato del Mundo
de fondo en carretera se celebra desde 1921, y en 1994 incorporó una prueba
contrarreloj individual.
Microsoft
® Encarta ® 2009. © 1993-2008 Microsoft Corporation. Reservados todos los
derechos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario