El
análisis de la estructura y las características del voleibol.
Introducción
Los deportes de equipo poseen una actividad competitiva muy similar, pero cada
modalidad deportiva tiene diferencias sustanciales relacionadas con la
actividad motora, la relación de los jugadores con el móvil, la intensidad y la
duración de las exigencias de juego y los criterios mediante los cuáles se
evalúa el resultado deportivo (Ivoilov, 1986). Dentro de los deportes de
equipo, el voleibol es un deporte con un elevado grado de incertidumbre (Monge
& Aragundi, 1995; Moreno et al., 2010), que exige a los deportistas
habilidad, precisión y regularidad (Noce et al., 1997). Además requiere su
participación en cortos, pero frecuentes, momentos de ejercicio de alta intensidad,
seguidos por períodos de actividad a baja intensidad y breves tiempos de
descanso (Pittera & Riva, 1982; Ivoilov, 1986; Kunstlinger et al., 1987 en
Gabbett et al., 2007; Sheppard et al., 2013). Debido a que, durante el
transcurso de un partido de voleibol existen diferencias notables en cuanto a
la duración de sus diferentes fases de juego, las cuales oscilan entre los 3
segundos (saque) hasta los 40 segundos (Sheppard et al., 2013). Por su parte,
Ivoilov (1986) cuantificó la duración media de las fases actividad de juego en
8,7 segundo, mientras que las fases pasivas duran, de media, 7,1 segundos. A su
vez, la investigación de Iglesias (1994) señaló que una jugada dura en promedia
5,9 segundos y un break 12,6 segundos.
Desarrollo
El voleibol se encuentra clasificado dentro de los deportes de equipo de
cooperación-oposición, con el terreno de juego dividido, participación
alternativa y un nivel de incertidumbre con el medio reducido (Blázquez &
Hernández, 1984; Hernández 1994; Morante & Izquierdo, 2008) (figura 1),
siendo su estructura de juego deportivo un sistema complejo (Martín & Lago,
2005). Dicha complejidad se debe a que, desde el punto de vista deportivo, se
realiza un gesto (técnica, táctica, etc.), que, con el objetivo de captar la
realidad, debe traducirse en acciones procedimentales (Anguera, 2005). Al
presentar características propias resultantes de su especificidad, se integra
en un grupo de modalidades colectivas denominadas de no invasión con las
siguientes características: su estructura formal y composición de su reglamento
técnico (Mesquita, 1998).
Figura 1. Clasificación de los deportes de
cooperación-oposición, extraído de Hernández (1994 p. 30)
La clasificación mencionada anteriormente, nos permite identificar las
siguientes características en sus acciones motrices (Tabla 1):
Tabla 1. Características de las acciones
motrices en los deportes de equipo, extraído de Martín & Lago (2005 p. 38)
Con la finalidad de conocer en profundidad la estructura del voleibol y de su
juego, realizamos el siguiente análisis estructural (figura 2). Señalar que la
estructura no se analiza en función de la situación de los jugadores en el
terreno de juego, sino en función del sistema de relaciones entre los
jugadores, el terreno y el balón de juego (Pascual, 2012).
Figura 2. Parámetros de la estructura del
voleibol. Elaboración propia a partir de Hernández (1994)
A continuación procederemos a analizar cada uno de los parámetros que componen
la figura 2:
·
Reglamento:
una de las
principales características de un juego deportivo es la existencia de un
reglamento que configura su lógica interna y la manera en la que se desarrollan
las acciones de juego (Aragundi, 2006). Diferentes autores (Bayer, 1986;
Hernández, 1994; Aragundi, 2006) coinciden en afirmar que el contenido de
cualquier reglamento deportivo se puede agrupar en dos bloques:
o Aspecto formal del juego: Entre las que se encuentran las
características y dimensiones del terreno de juego, el balón, materiales
complementarios que se emplean durante el juego, número de jugadores, su
capacidad de intervención o posición específica y su indumentaria, responsables
del equipo, puntuaciones y maneras de ganar y de perder, duración del encuentro
y partes en las que se divide, responsables de aplicar el reglamento durante la
competición y protocolos para el control de juego. Un elemento reglamentario
característico del voleibol, y que lo diferencia de otros deportes de equipo es
la rotación (García de Alcaraz, 2013), elemento que no permite la especialización
de los jugadores, obligándoles a sacar, atacar y defender (Monge &
Aragundi, 1995).
o Desarrollo de la acción de juego: Manera de jugar y de intervenir
sobre el balón, inicio y reanudaciones del encuentro, balón en juego y fuera de
él, formas de participación de los jugadores, relaciones entre los compañero de
equipo, relaciones entre equipos contrarios, uso del espacio de juego y
penalizaciones con respecto a las infracciones durante el juego.
o El reglamento inculca una filosofía
orientada hacia la formación de jugadores universales y polivalentes, que sean
capaces de realizar las diferentes acciones en las diversas zonas del campo
(García, 2010).
·
Comunicación
motriz: Durante un
partido la comunicación entre los miembros de un equipo y con los adversarios
es constante, gracias a ella se pueden realizar las diferentes situaciones de
juego cuyas acciones requieren de una serie de elementos de comunicación no
verbal (Monge, 2007). Sin embargo, Aragundi (2006) señala que en los partidos
que engloban las categorías de prebenjamín hasta cadete predomina la
comunicación verbal en relación con lo que ocurre con el balón, que es el
objeto de la comunicación, mientras que en categorías superiores (juvenil en
adelante) los elementos empleados en la comunicación son, principalmente, el
gesto y la acción motriz.
·
Técnica
o modelos de ejecución:
En el voleibol los jugadores se encuentra permanente expuestos a situaciones
cambiantes con una gran presión temporal, en el que las acciones individuales
de cada jugador se conforman en procedimientos técnicos que se integran en ella
y cuya estructura característica les permite desarrollarse mediante un proceso
de pensamiento conocido como pensamiento estratégico (Theodorescu, 1977). Por
este motivo, “la acción del jugador no tendrá sentido más que cuando se la
relaciona con el juego, y pasa a ser un medio para resolver un problema
táctico” (Aragundi, 2006 p. 98).
·
Tiempo: Cuando analizamos la incidencia del
tiempo deportivo en el voleibol, observamos que este afecta al desarrollo de la
acción de juego de la siguiente manera: haciendo referencia a los aspectos
formales y relacionándose con la dinámica de juego (Monge & Aragundi, 1995;
Aragundi, 2006). El reglamento del voleibol delimita la duración del
calentamiento, el tiempo máximo para la realización de un saque, los sets de un
partido que se resuelven por suma de puntos y no por tiempo prefijado,
interrupciones normales de juego (tiempos de descanso, tiempos técnicos, etc.),
intervalos entre sets y los motivos que detienen el desarrollo de la acción de
juego (Díaz, 2014).
·
Espacio
de juego: El terreno
de juego de un partido de voleibol es cerrado, institucionalizado (sujeto a un
reglamento previamente aceptado), de uso alternativo y separado por una red;
siendo dichas características constantes (Zhelezniak, 1993; Díaz, 2014).
·
Estrategia
motriz: Parlebas
(2002) indica que en los deportes colectivos existen estructuras
características propias que se definen, casi en su totalidad, por los
reglamentos, por el espacio de interacción motriz y por la acción práxica.
Estos elementos se encuentran siempre presentes en el jugador, por lo que no
dependen de su comportamiento. En ese mismo libro, Parlebas, escribe que la
acción estratégica que permite las situaciones de juego en los deportes colectivos
depende de la estructura según la que se configuran los universales en cada
especialidad deportiva. Pero, no hay que olvidar, que es al jugador a quien
corresponde la ejecución de la misma a partir de esas estructuras, y no en
función de las características propias del jugador. En el deporte del voleibol
se articulan los siguiente universales (Aragundi, 2006): red de comunicación,
red de marca, red de tanteo final, sistema de roles, sistema de subclases,
código gestémico y código praxémico.
Cuando se observa un partido de voleibol, destaca la gran similitud inicial en
el transcurso de cada jugada, en sus acciones y en el orden en el que aparecen
(Monge, 2007). El motivo de esta situación es que el juego está configurado
mediante una secuencia global formada por diferentes etapas parceladas, debido
a lo cual se pude analizar en unidades tácticas secuenciales (Garganta, 1997).
Zhelezniak (1993) escribe que en un partido de voleibol, todas las jugadas se
inician con un saque que, si traspasa la red, el equipo contrario intentará
devolverlo mediante una serie de acciones, cuya finalidad es que la última
acción se realice en las mejores condiciones para que el esférico sea enviado
al suelo del campo del equipo rival. Debiendo este mismo equipo prepararse para
continuar jugando en caso de que el balón sea bloqueado. El equipo que realiza
la defensa tendrá como objetivo contrarrestar el envío del balón a su campo,
para tal fin emplea una primera línea de defensa (bloqueo), mientras que los
demás jugadores formarán una segunda y tercera línea defensiva. A raíz de esta
situación puede ocurrir que el ataque tenga éxito y consiga puntuar o que la
defensa se realice correctamente y pase a iniciar el ataque. En el momento que
uno de los dos equipos intenta volver a enviar el balón al campo contrario, se
pueden dar muchas posibilidades de continuación de juego. Este proceso puede
tener un desenlace continuado, en un supuesto caso de continuación
ininterrumpida y sin fin de jugada (figura 3). Siendo esta secuencia de
acciones la que le proporciona un carácter cíclico al juego (Castro &
Mesquita, 2010).
Figura 3. Aparición cronológica de las acciones
de juego en voleibol, extraído de (Monge, 2007 p. 43)
Un gran número de autores proponen determinadas maneras de comprender el
desarrollo cronológico de una jugada de voleibol, en la tabla 2 se pueden
apreciar las explicaciones más destacadas:
Tabla 2. Estudios sobre la estructuración del
juego del voleibol, extraído de (Monge, 2004 p. 7)
De todos los modelos mencionados en la tabla anterior, el más completo es el
propuesto por Moutinho (1994) (figura 4). Su principal característica es la
existencia de una estructura externa de juego regular que, a partir de un
determinado momento, se puede constituir en cíclica.
Figura 4. Secuencia de los momentos de juego
planteada por Moutinho (1994), (Monge, 2004 p. 10)
Los modelos de juego permiten visualizar las posibilidades de una jugada y
facilitan su comprensión. En ellos se observa que (Monge, 2007):
·
Todas
las secuencias que lleva a cabo un equipo son entendidas de ataque, a pesar de
que comiencen con una recepción, en defensa o en los apoyos. Además, no existen
diferencias entre las acciones que forman parte del ataque de las que lo forman
del contraataque.
·
Los
modelos anteriormente descritos no muestran, de una manera explícita, la
continuación de acciones que se llevan a cabo a continuación del apoyo al
ataque o al contraataque.
·
El
saque no está considerado como entidad propia diferenciada del resto de secuencias
de juego.
·
La
continuación ininterrumpida del juego no se corresponde con la realidad, debido
a que se lleva a cabo desde la pauta de continuación alternativa desde el
ataque y la defensa de los equipos.
Las características taxonómicas señaladas anteriormente con respecto a la
utilización del móvil, el espacio y demás elementos característicos del
voleibol, conllevan a que esta especialidad deportiva responda de una manera
determinada a los principios de la dicotomía entre el ataque y la defensa (Molina
& Salas, 2009), factor que lo convierte en un deporte con constantes
transiciones entre el ataque y la defensa (Beal, 1992). Su característica
estructura cíclica deriva en las siguiente fases o complejos de juego: K0, K1,
K2, K3 y K4, cuya principal diferencia es el primer toque del equipo (Salas,
2006). Esta división tiene sus orígenes en las extintas URSS y Alemania del
Este, pudiéndose datar su aparición aproximadamente en el años 1960 (Monge,
2003), con la finalidad de facilitar el análisis de las acciones que se
producen durante un partido de voleibol (Herrera et al., 1996). A continuación
explicaremos las fases que los componen (Selinger & Ackerman-Blount, 1992;
Zhelezniak, 1993; Herrera et al., 1996; Monge, 2004; Aragundi, 2006; Molina &
Salas, 2009):
·
Complejo
K0: El más simple de
todos, lo compone únicamente la acción de saque en cualquiera de sus variantes.
·
Complejo
K1: También conocido
como Fase de ataque, lo integran tres fases:
o Recepción del saque del contrario.
o Colocación.
o Ataque mediante remate o la finta.
·
Complejo
K2: También conocido
como Fase de defensa o Fase de contraataque, compuesto por:
o Saque.
o Adaptación al ataque del equipo
contrario.
o Recepción/bloqueo del ataque
adversario.
o Colocación.
o Contraataque.
·
Complejo
K3: Se origina a
partir de la terminación de los complejos K1 y K2, se le denomina Juego
Medio y está lo conforman las siguientes acciones:
o Recepción del saque del equipo
contrario.
o Colocación.
o Ataque.
o Apoyo al ataque.
o Colocación.
o Contraataque.
·
Complejo
K4: Se origina a
partir de la defensa del free-ball, está compuesto por:
o Free-ball.
o Defensa/recepción.
o Colocación.
o Contraataque.
Los complejos K0, K1 y K2 siempre tienen la misma secuencia, mientras que los
complejos K3 y K4 venir precedidos por diferentes secuencias (Monge, 2004): K3:
K3/K2, K3/K3 y K3/K4; K4: K4/K1, K4/K2, K4/K3 y K4/K4. En la figura
5 se observan los flujos de acciones que conforman los complejos de juego del
voleibol. Siendo la secuencia básica que más se repite la siguiente: saque – recepción/defensa
del saque – colocación/construcción del ataque – remate/culminación del ataque
(Santos, 1992).
Figura 5. Flujo de acciones que conforman los
complejos de juego, extraído de Hileno & Buscá (2012, 559)
Con respecto al número máximo de acciones que se pueden desarrollar en cada uno
de los complejos, Monge (2007), en su tesis doctoral, establece lo siguiente:
·
En
el K0 únicamente 1 acción.
·
En
el K1 un máximo de 3 acciones.
·
En
el K2 un máximo de 4 acciones.
·
En
el K3 un máximo de 4 acciones.
·
En
el K4 un máximo de 3 acciones.
Centrándonos en los diferentes gestos técnicos que existen en el voleibol, y
que los jugadores emplean para lograr sus objetivos nos encontramos (Chêne
& Lamouche, 1990; Zhelezniak, 1993; Monge, 1997):
·
Toque
de dedos.
·
Toque
de antebrazos.
·
Saque:
o De seguridad.
o De tenis.
o Flotante.
o En suspensión.
·
Remate.
·
Bloqueo.
Estos gestos técnicos conforman las acciones de juego, las cuales se clasifican
en dos grupos (Marcelino et al., 2010):
·
Acciones
terminales: Su
finalidad es la de puntuar o dificultar las acciones del oponente. Las
conforman el saque, el remate y el bloqueo.
·
Acciones
de continuidad: Con
el objetivo de evitar que el rival consiga puntuar neutralizando sus acciones
y/o enviando el balón a un compañero en las mejores
condiciones. Son el toque
de dedos y el toque de antebrazos.
Atendiendo a los elementos que son determinantes para conseguir la victoria en
un partido de voleibol (García & Fernández, 2010), nos encontramos que en
partidos a tres sets es decisivo lograr el punto 21 del primer set, mientras
que en aquellos que se disputan a cuatro o cinco sets el momento crítico
aparece entre los puntos 16 y 21. Con respecto a los elementos técnicos
determinantes, los mismos autores escriben que en los partidos más disputados
(4 – 5 sets) son decisivos los saques y las recepciones totales, mientras que
en partidos a tres sets, ningún gesto técnico tiene una relevancia superior al
resto. Si nos centramos en las variables que diferencian a los ganadores de los
perdedores, en los encuentros a tres sets son los puntos de bloqueo, los puntos
de ataque y los errores de ataque; en los partidos a cuatro sets se trataría de
los puntos de bloqueo y los puntos de ataque; mientras que en aquellos partidos
que duran cinco sets, serían los puntos de ataque. Por su parte, Silva et al.
(2014), destacan los puntos de saque como el elemento determinante para
conseguir la victoria en cualquier encuentro, mientras que cometer errores en
la recepción y en el bloqueo lleva a la derrota de cualquier equipo. Además, es
importante señalar que el juego negativo es un factor clave, los partidos los
gana el equipo que menos errores comete (Monge & Aragundi, 1995). Si
analizamos los elementos decisivos en sets cerrado (2 puntos de diferencia o
menos) en categoría infantil (Dávila & García, 2012), encontramos que el
acierto en ataque tiene más influencia que el acierto en defensa, siendo el
saque positivo el principal factor determinante, seguido por un ataque positivo
y un servicio negativo.
Por último, resaltar que, a diferencia de otros deportes, el voleibol tiene
especificaciones en el reglamento según el género de los deportistas (Fernández
et al., 2014); en este caso nos referimos a la altura de la red, que en función
de si se trata de categoría masculina o femenina está situada a una altura
diferente. Que es el único deporte en el que la fuerza máxima de los jugadores
se aplica cuando el cuerpo no está apoyado (Monge & Aragundi, 1995). Y
que, con el objetivo de adaptar este deporte a los fines formativos de las
etapas de iniciación, la Federación Española de Voleibol suprimió la figura del
jugador líbero en categoría infantil, mejorando así la continuidad del juego
(Ureña et al., 2013).
Conclusiones
El análisis de la estructura y las características del voleibol realizado en
este artículo, nos permite extraer las siguientes conclusiones:
·
El
voleibol es un deporte de equipo de cooperación – oposición, con el terreno de
juego dividido, participación alternativa y un nivel de incertidumbre con el
medio reducido.
·
La
estructura del voleibol está compuesta por los estos parámetros: reglamento,
comunicación motriz, técnica o modelos de ejecución, tiempo, espacio de juego y
estrategia motriz.
·
Una
jugada de voleibol se desarrolla de la siguiente manera: saque – recepción –
pase colocación – ataque – defensa.
·
El
voleibol tiene cinco fases o complejos de juego: K0, K1, K2, K3 y K4.
·
En
esta modalidad deportiva se emplean determinados gestos técnicos: toque de
dedos, toque de antebrazos, saque, remate y bloqueo.
Bibliografía
·
Anguera-Argilaga,
M. T. (2005). Planteamiento metodológico al servicio de la comprensión de la
complejidad en los deportes de equipo. En Martín-Acero, R. & Lago-Peñas, C.
Deportes de equipo: comprender la complejidad para elevar el rendimiento (p.
133 - 148). Barcelona: INDE.
·
Aragundi-Castro,
C. (2006). Observación y análisis de la colocación en el voleibol.
[Tesis doctoral]. Universidade de A Coruña.
·
Bayer,
C. (1986). La enseñanza de los juegos deportivos colectivos. Barcelona:
Editorial Hispano Europea.
·
Beal,
D. (1992). Prólogo. En Bertucci, B (autor). Guía de voleibol de la
Asociación de Entrenadores Americanos de Voleibol (p. 13 – 20). Barcelona:
Paidotribo.
·
Blázquez-Sánchez,
D. & Hernández-Moreno, J. (1984). Clasificación o taxonomías deportivas.
Barcelona: Apuntes INEF.
·
Castro,
J. M. & Mesquita, I. (2010). Analysis of the attack tempo
determinants in volleyball´s complex II – a study on elite male teams. International journal of performance
analysis in sport. 10
(3), 197 – 206.
·
Chêne,
E.; Lamouche, C. & Petit, D. (1990). Voleibol. Lleida: Agonos.
·
Dávila-Romero,
C. & García-Hermoso, A. (2012). El set cerrado en voleibol. Diferencias y
poder discriminatorio de las acciones finales en etapas de formación. Retos.
Nuevas tendencias en educación física, deporte y recreación. 21 (1), 67 –
70.
·
Díaz-Bento,
M. S. (2014). Estudio de la estructura formal de la defensa en voleibol
masculino de alto rendimiento. [Tesis doctoral]. Universidad de Huelva.
·
Fernández-Echeverría,
C.; Claver-Rabaz, F.; González-Silva, J.; García-González, L. &
Moreno-Arroyo, M. P. (2014). El género como variable de estudio en las
características del juego en voleibol en categoría infantil. Retos. Nuevas
tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación. 26, 172 – 175.
·
Gabbett, T.; Georgieff, B. & Domrow, N. (2007).
The use of physiological, anthropometric, and skill data to predict selection
in a talent-identified junior volleyball squad. Journal of sports sciences. 25 (12), 1337 – 1344.
·
García
de Alcaraz-Serrano, A. (2013). Perfil de rendimiento técnico-táctico en
función de la categoría de competición en voleibol masculino. Tesis
doctoral. Universidad de Murcia.
·
García-Maquieira,
F. (2007). Estadísticas discriminantes de diversos contextos en partidos de
voleibol de alto rendimiento: un análisis centrado en la fase del partido, en
el resultado y en los momentos críticos. Tesis doctoral. Universidad de
Vigo.
·
Garganta,
J. (1997). Modelaçâo táctica do Jogo de Futebol. Estudo da organizaçâo da
fase ofensiva em equipas de alto rendimento. Tesis doctoral. Universidade
do Porto.
·
Hernández-Moreno,
J. (1994). Fundamentos del deporte. Análisis de las estructuras del juego
deportivo. Barcelona: Inde.
·
Herrera-Delgado,
G.; Ramos-Leyva, J. & Despaigne, J. M. (1996). Voleibol: Manual de consulta
operativa para el entrenador. Bilbao: Editorial Federación Vasca de Voleibol.
·
Hileno,
R. & Buscà, B. (2012). Herramienta observacional para analizar la cobertura
del ataque en voleibol. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la
Actividad Física y el Deporte. 12 (47), 557-570
·
Iglesias,
F. (1994). Análisis del esfuerzo en el voleibol. Stadium, 168 (28): 17-
23.
·
Ivoilov,
A. (1986). Voleibol: técnica, táctica y entrenamiento. Buenos Aires:
Stadium.
·
Martín-Acero,
R. & Lago-Peñas, C. (2005). Deportes de equipo: comprender la
complejidad para elevar el rendimiento. Barcelona: INDE.
·
Mesquita,
I. (1998). O ensino do voleibol: proposta metodológica. En Graça. G. A. &
Oliveira, J. (edit.) O Ensino dos Jogos Desportivos (p. 153-197). Porto:
Universidade do Porto.
·
Molina-Martín,
J. J. & Salas-Santandreu, C. (2009). Voleibol táctico. Badalona:
Paidotribo.
·
Monge-Muñoz, M. A. (1997). Voleibol. Santiago: Lea.
·
Monge-Muñoz,
M. A. (2003). Propuesta estructural del desarrollo del juego en voleibol. En I.
Mesquita, C. Moutinho & R. Faria (edit.). Investigação em Voleibol
(p. 142-149). Porto: Faculdade de Ciências do Desporto e de Educação Física da
Universidade do Porto.
·
Monge-Muñoz,
M. A. (2004). Los complejos tácticos básicos (KB) y específicos (KE) en
voleibol. A Coruña: Centro Galego de Documentación e Edicións Deportivas.
·
Monge-Muñoz,
M. A. (2007). Construcción de un sistema observacional para el análisis de
la acción de juego en voleibol. A Coruña: Servizo de publicacións da
Universidade de A Coruña.
·
Monge-Muñoz,
M. A. & Aragundi-Castro, C. (1995). El Voleibol y su didáctica. A
Coruña: INEF Galicia.
·
Morante,
J. C. & Izquierdo, M. (2008). Técnica deportiva, modelos técnicos y estilo
personal. En Izquierdo, M. (Edit.). Biomecánica y bases neuromusculares de
la actividad física y el deporte (p. 91 – 106). Madrid: Médica
Panamericana.
·
Moreno-Domínguez,
A.; Moreno-Arroyo- M.; García-González, L.; García-Calvo, T. & Del
Villar-Álvarez, F. (2010). Diferencias en la planificación de estrategias en
voleibol entre jugadoras expertas y noveles. Apunts, educación física y
deportes. 4 (102), 31 – 37.
·
Noce,
F.; Greco, P. y Samulski, D. (1997). O ensino do comportamento tático no
voleibol: Aplicação no saque. Revista da APEF – Londrina. 12,12 – 24.
·
Parlebas,
P. (2002). Elementos de sociología del deporte. Málaga; IAD.
·
Pascual-Verdú,
N. (2012). Análisis comparativo de los sistemas de juego en el fútbol siete
alevín. [Tesis doctoral]. Universidad de Alicante.
·
Pittera,
C. & Riva D. (1982) Voleibol dentro del movimiento. Roma: Editorial
Enseñat.
·
Santos,
J. A. (1992). La táctica colectiva. En Ramiro-Villar, R. (edit.). Voleibol
(p.133-178). Madrid: Comité Olímpico Español (COE).
·
Salas,
C. (2006). Observación y análisis del ataque y la defensa de primera línea
en voleibol. [Tesis doctoral]. Universitat de Barcelona.
·
Selinger, A. & Ackerman-Blount, J. (1992). Power volleyball. París: Vigot.
·
Sheppard, J.; Gabbet, T. & Riggs, M. (2013).
Indoor and Beach Volleyball Players. En Tanner, R. & Gore, C. (edits.). Physiological
test for elite athletes (p. 475-486). Champaign:
Human Kinetics.
·
Theodorescu,
L. (1977). Theorie et methodologie des jeux sportifs. París: Française
Reunis.
·
Ureña-Espa,
A.; León, J. & González, M. (2013). Estudio sobre la continuidad del juego
en el voleibol masculino infantil. Revista Internacional de Medicina y
Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. 13 (49), 149-162.
·
Zhelezniak,
Y. (1993). Voleibol: Teoría y método de la preparación. Barcelona:
Paidotribo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario