El carnaval.
Es una
celebración pública que tiene lugar inmediatamente antes de la cuaresma cristiana, con fecha variable (entre
febrero y marzo según el año), y que combina algunos elementos como disfraces,
desfiles, y fiestas en la calle. Por extensión se llaman así algunas fiestas
similares en cualquier época del año. A pesar de las grandes diferencias que su
celebración presenta en el mundo, su característica común es la de ser un
período de permisividad y cierto descontrol.
En la noche del Carnaval
todo vale y dice la leyenda que por eso se ponen máscaras.
El origen de su celebración
parece probable de las fiestas paganas, como las que se realizaban en honor a Baco, el
dios del vino, las saturnales y las lupercales romanas, o las que se realizaban
en honor del toro Apis en Egipto.
Según algunos historiadores, los orígenes de esta festividad se remontan a las
antiguas Sumeria y Egipto, hace más de 5000 años, con
celebraciones muy parecidas en la época del Imperio Romano, desde donde se expandió la
costumbre por Europa, siendo llevado a América por los navegantes españoles y
portugueses a partir del siglo XV.
El carnaval está asociado
principalmente con los países de tradición católica, y en menor medida con los cristianos
ortodoxos orientales; las culturas protestantes usualmente no celebran el
carnaval o tienen tradiciones modificadas, como el carnaval danés.
Según el libro Guinness de los
récords, la celebración del carnaval más grande del mundo es la
de Río de Janeiro; y la mayor agrupación carnavalesca (comparsa), Galo da Madrugada de la ciudad
de Recife, sitio de otro carnaval muy importante.2 Otros carnavales internacionalmente
famosos son los de Santa Cruz
de Tenerife y Cádiz en
España, Colonia en
Alemania, Oruro en
Bolivia, Venecia en
Italia, carnaval de
Barranquilla y el Pasto en
Colombia, Veracruz y Mazatlán en México. Los más largos son el de Gualeguay y Gualeguaychú en
Entre Ríos, Argentina, ya que duran desde el primer fin de semana de enero
hasta el primer fin de de semana de marzo [cita requerida].
Los carnavales de La Habana y Santiago
de Cuba en Cuba han gozado de igual reputación internacional,
comparándoseles con los de Río Janeiro durante la época republicana (1902-1959).
Después de la llegada de la llegada al poder de Fidel Castro a la Isla, los carnavales
siguieron celebrándose bajo el control estatal, perdiendo con ello la
luminosidad de este tipo de celebraciones, y por ello siendo menos reconocidos
a nivel internacional desde el 1959.
Los etnólogos encuentran en el carnaval elementos
supervivientes de antiguas fiestas y culturas, como la fiesta de invierno (Saturnalia), las celebraciones dionisíacas griegas y romanas (Bacanales), las fiestas andinas prehispánicas y
las culturas afroamericanas.
Algunos autores consideran que para la sociedad rural, fuertemente estructurada
por el cristianismo, el tiempo de «carnestolendas» ofrecía mascaradas rituales
de raíz pagana y un lapso de permisividad que se oponía a la represión de la
sexualidad y a la severa formalidad litúrgica de la Cuaresma.
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