La
convivencia y
disciplina.
Una experiencia contada desde el aula
Profesora Raquel Figueroa
Pulido
Docente de aula de la U.E.B Gran Colombia-Caracas
Raquelfigueroaipc06@yahoo.com
Raquel-figueroa@hotmail.com
raqueljfp@cantv.net
Si se enseña
desde el potencial humano del niño, si el maestro alcanzara enseñar desde la
transformación holística y no justamente a partir de la capacitación del
conocimiento, la práctica educativa fuera diferente.
Raquel F.P
Generalmente lo que priva en la formación del docente a pesar de las
teorías y grandes reflexiones sobre educar en valores es el carácter técnico de
la enseñanza, en el que la acción pedagógica del docente en el aula de clase se
convierte en pautas que indican los textos escolares y los
esquemas ya trazados privilegiando al
memorismo como estrategia para alcanzar el aprendizaje. Justo en este contexto,
se comprende y practica la disciplina como el desarrollo de un comportamiento
mecánico; que necesita un estímulo para conectar una respuesta a la conducta
que se quiera lograr, sin tomar en cuenta los sentimientos, las emociones, la
realidad social del niño y niña. En ese sentido, la disciplina deja de ser una
vía conciente para la formación de la vida y se convierte en el control del
comportamiento, basado en el entrenamiento y adoctrinamiento de la conducta
escolar.
Sin embargo, hay quienes opinamos que
no valen los análisis, investigaciones y reflexiones dejándolos en un simple
ejercicio teórico, si los mismos no están conducidos con la voluntad, el deseo y la acción profunda de cambiar
desde el ser y de convertir la escuela, desde el aula de clase, en un espacio
de convivencia para la transformación de vidas individuales y colectivas.
Precisamente, sobre esta visión se
marca mi experiencia, que desde el año 2003, estoy vivenciando desde el aula de
clase de una escuela del Municipio Libertador-Caracas. Desde este espacio, los
valores han sido los pilares que han sustentado la convivencia y la disciplina
como la práctica educativa de los niños y niñas así como mi riqueza profesional
y personal como docente que guía esta
experiencia.
¿Qué conflicto impulsó la experiencia?
El primer aspecto fue la visión que
los padres y representantes tenían de la carrera docente: lo comprendían como
los cuidadores de sus hijos por un determinado tiempo del día; y el espacio
escolar se convertía en guardería.
El segundo aspecto partió del exiguo
sentido de convivencia que transferían los niños desde sus núcleos familiares, en
el cual los hechos de violencia estaban
a la orden del día en el salón de clase.
El tercer aspecto privó el bajo
rendimiento escolar, donde una de las causales fue la falta de atención a las
actividades pedagógicas.
El cuarto fue la indisciplina, convirtiéndose
en un problema que afectaba la enseñanza y la relación profesor-estudiante. Es
decir, la disciplina se convirtió en un conflicto de concepto y práctica para mí
como docente.
El quinto aspecto marca la
referencia conflictiva sobre el papel
que debía eximir para buscar orientación correcta a la situación.
Diagnóstico
del contexto que ayudó ir a una experiencia de cambio:
Se implementó un análisis del
grupo sobre la condición social, económica y cultural para intentar comprender
la realidad, describir los hechos en el que se desarrollaban los
acontecimientos, la relación de los padres y representantes con el niño y la
escuela y sobre todo la reflexión de la realidad docente en la construcción de
valores centrada en los hechos vividos. Los resultados declararon las cinco
primeras reflexiones:
- La enseñanza se hallaba sobre una situación vacía de sentimientos, afecto y valores humanos, en el cual los mismos se desarrollaban de manera teórica tal como lo contempla las leyes, es decir; el derecho formal. Se tenía una visión cognitiva del aprendizaje, en otras palabras, la actividad sobre el procesamiento de la información.
- Se practicaba una disciplina con un sentido autoritario y con connotaciones negativas sin darle al niño un razonamiento lógico y sin profundización del concepto de disciplina centrada en valores. La disciplina no se enseñaba como el elemento consciente para el proceso escolar.
- El aprendizaje no se encontraba en un clima de sana convivencia, por lo tanto el rendimiento escolar no se lograba a plenitud.
- La función exclusiva de instrucción del docente sin la esencia de educar desde el ser, desde la vida. Se necesitaba una disciplina con un enfoque funcional para que el niño obtuviera sólo los elementos básicos de la lengua-escritura y de la matemática.
- La familia se encontraba fuera del contexto escolar y desarrollaba la disciplina como un factor de castigo en función del comportamiento del niño o niña.
Elementos centrales implementados
al inicio de la experiencia:
·
La
necesidad de cambiar de conciencia como docente, trabajando desde el ser y no
del hacer. Educar desde la reflexión me condujo a que trascendiera el aprendizaje de informaciones
y colocara la disciplina como un pilar de construcción hacia el cambio.
·
La
participación activa del niño y niña para la toma de decisiones en el aula de
clase, partiendo de llegar acuerdos sobre la disciplina que se debe tener en el
grupo. El protagonismo de los niños que fui propiciando fue determinante para
la convivencia y de allí el sentido de la disciplina conciente para el manejo
del proceso enseñanza aprendizaje.
·
La
integración de los padres y representantes a construir la disciplina desde el
diálogo y desde el amor.
Escenario donde se ubicó la
experiencia:
El
escenario donde se realiza esta experiencia es en el Área Metropolitana del
Municipio Libertador, específicamente en la U.E.B Gran Colombia que se encuentra en una de
las parroquias de mayor concentración de pobreza, de economía informal y de
violencia en la ciudad de Caracas.
El
grupo de 38 niños y niñas oscilaban de 6 a 9 años de edad y la gran mayoría de
ellos conviven sólo con la madre o la abuela.
Cómo se logró la experiencia:
- Creando un clima emocional y de manejo efectivo de grupo de los alumnos, con el propósito de crear y mantener en las clases una atmósfera sana y propicia para la atención y el trabajo mental intensivo, desarrollando en los alumnos hábitos fundamentales de orden, disciplina y trabajo, e inculcándoles sentido de responsabilidad.
- Realizando reuniones mensuales con los padres y representantes para compartir experiencias sobre los procesos de los niños. Estas reuniones se convirtieron en un compartir. Se logró establecer la vocería de padres, donde la responsabilidad fue mantener el contacto con el resto de los representantes y ayudar a otros padres en el comportamiento del hijo. El sentido de la convivencia fue para la solidaridad y el apoyo mutuo. Esto logró en el grupo de niños la mayor rapidez de comprensión del hecho disciplinario y que los avances en la lecto-escritura se dieran de manera significativa.
- Construyendo democráticamente las normas de convivencia en el aula.
- Utilizando, de acuerdo a las aptitudes del grupo, el canto, los poemas y la dramatización como herramientas para crear un ambiente favorable a las normas de convivencia y además logrando avances en el aprendizaje.
- Haciendo del receso un espacio para la práctica de la convivencia y disciplina del aula hacia el resto de la escuela. La práctica del ejemplo se llevaba a los niños de otras secciones.
- Solicitando a los niños, padres y representantes evaluación de mi práctica docente, la cual se convirtió en un aprendizaje constante para corregir las debilidades y enriquecer mis fortalezas.
Qué
se logró:
·
Sustentar
la educación en los principios democráticos de participación, solidaridad y
convivencia. El cambio fue más allá de los niños; se tocó a los padres y
representantes, logrando un gran grupo de apoyo pedagógico y ganando desde el
aula la integración familia- escuela.
·
Un
niño de 8 de años de edad con actuación
violenta alcanzó a través de la amistad el sentido de la disciplina y el
agrado por la lectura.
·
Un
niño de 9 años de edad, de padres drogadictos, rechazado al principio del año
escolar por el resto de los niños, adquirió
el sentido del respeto, el hábito de la limpieza personal y el desarrollo del
deseo de aprender. El trabajar esta situación en dinámicas de grupo así como la disciplina fue fundamental para
su triunfo.
·
Se
logró que tres niñas entre 7 y 8 años tomaran como instrumento las poesías para profundizar la creatividad, la
imaginación y el proceso de la lectoescritura.
·
El
gran sentido por defender los derechos del niño ante las personas adultas.
Las
experiencias particulares deben ser una luz que ilumina la idea de los
cambios. Si hay voluntad del docente,
por más dificultades que existan, se pueden lograr las cosas. Es como dice una
frase: existe mañana porque hay sol, existe luna y estrellas porque hay noche.
Por tanto, existe la escuela porque hay
educadores y los educadores son los que dan la luz de la vida.
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